La histórica ciudad belga de Waterloo

Belén Valdehita

Waterloo es una pequeña y encantadora población belga cargada de historia.

Colina del Léon, en Waterloo, Bélgica
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Raro es quien no conozca la existencia de Waterloo, bien por la crucial batalla donde fueron derrotadas las tropas de Napoleón, o por la famosa canción del grupo Abba. Se trata de un bonito municipio belga situado a 20 kilómetros de Bruselas, en la provincia del Brabante valón.

La famosa Batalla de Waterloo se desarrolló aquí el 18 de junio de 1815 entre los ejércitos napoleónicos y las tropas aliadas de varias naciones, que estaban al mando del Duque de Wellington. La derrota de Napoleón fue definitiva para la caída del Primer Imperio francés.

Por su proximidad a la capital belga, una gran parte de la población local son residentes extranjeros que trabajan en las diversas instituciones comunitarias que hay en Bruselas.

El edificio Le Panorana, en Waterloo, Bélgica
Fuente de la imagen: Viajar - Blogger

Paseo histórico por Waterloo

Muchos de los lugares de interés en Waterloo están estrechamente relacionados con la popular batalla, como la Colina del León. Se trata de un monumento que conmemora la hazaña bélica, y se halla a cinco kilómetros de la localidad. Justo en frente se encuentra el Panorama, un edificio circular que alberga el popular cuadro de Louis Dumoulin de 1912, un lienzo circular de 110 metros de largo y 12 metros de alto que muestra escenas de la conocida contienda.

Saliendo de la Colina del León, en dirección hacia Genappe, llegaremos a una antigua granja de 1757. Se trata del último Cuartel General de Napoleón, y alberga el único museo de Bélgica dedicado a Napoleón. Se exponen tanto objetos relacionados con la batalla como recuerdos personales del emperador.

Otros lugares de interés en Waterloo son la Iglesia de Sain-Joseph, una capilla real de siglo XVIII construida sobra una iglesia del año 1690; el Museo Wellington, ubicado en un antiguo edificio del siglo XVII; el Museo de Cera (Museo de Cire), donde podremos ver unas magníficas figuras de soldados con uniformes de 1815, que incluyen a Napoleón con su estado mayor, o la Abadía cisterciense de Villers la Ville, que fue fundada en el siglo XII y se encuentra a 30 kilómetros al sur de Waterloo.

Museo Hergé, en Louvain la Neuve, cerca de Waterloo, Bélgica
Fuente de la imagen: museeherge.com

Qué comer en Waterloo

En Waterloo disfrutaremos de la exquisita cocina belga, que incluye especialidades como los speculoos, una deliciosa galleta navideña; unos estupendos mejillones, su magnífico chocolate o sus famosas cervezas, de las que existen infinidad de variedades.

Otro producto típico son las patatas fritas, que pueden adquirirse en los fritkots o puestos de patatas fritas. También hay buenos quesos, jamones y salazones.

Los dulces son mención a parte en la gastronomía belga. Además de sus chocolates, cuentan con los macaron, los gofres o los pastelitos de almendra molida. En Waterloo hay una especialidad propia, la tarta de azúcar.

Recreación histórica de la Batalla de Waterloo, en Bélgica
Fuente de la omagen: Pixabay

Atractivos turísticos de Waterloo

La Batalla de Waterloo está muy presente en esta localidad belga. Sobre todo queda patente en la reconstrucción histórica que todos los años hacen de este evento bélico, y en el que participan cientos de actores.

Después de haber recorrido la ciudad, es muy recomendable conocer sus alrededores. Encontraremos lugares como el pueblo de Mont-St-Jean, ubicado a un kilómetro y medio. Aquí vivió el escritor Victor Hugo, que en un capítulo de “Los Miserables” narraba diversos acontecimientos de la batalla. También a las afueras se hallan la Fundación Folon y el precioso Parque de Solvay.

Otra propuesta a realizar desde Waterloo es la visita a Louvain la Neuve, una moderna ciudad que acoge el Museo Hergé, el creador del mundialmente conocido personaje de Tintín.